La responsabilidad es el indiscutible compromiso que debe existir en forma plena y amplia en todas las organizaciones, no solo con eficiencia y eficacia en el desarrollo de una responsabilidad corporativa ineludible de respeto con la sociedad, la relevancia de implantación de los diversos modelos de organización y una gestión conductual favorable para la defensa patrimonial de la organización, la prevención de delitos conlleva implícitamente a la adopción, por parte de los órganos de gobierno de las empresas, de decisiones estratégicas con acciones objetivas a fomentar la buena administración, cultura ética y el cumplimiento normativo en las organizaciones que no solo es un escudo de defensa reactivo, sino que constituyen una protección para la persona jurídica ante una investigación, o eventual procedimiento penal. Ante el desarrollo de la conducta con buenas prácticas en las organizaciones, nos permiten también gestionar la actividad de la empresa previniendo la materialización de riesgos, sean económicos o penales, un evidente impacto ambiental, en lo social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) para que sus inversiones sean consideradas responsables.
Entonces podemos señalar, qué acuerdo con las buenas prácticas de gestión para hacer que el cumplimiento funcione y sea fácil como accesible, contenga agilidad en su aplicación, genere un impacto favorable, tenga un efecto sobre la credibilidad, y esta, sobre la efectividad del sistema Compliance, la alta dirección con la organización debe:
Conclusión, que la gestión de riesgos y administración, son relevantes como sustento de la eficiencia y eficacia del Compliance, que dependerá su efectividad de la calidad de su planificación, compromiso y recursos adecuados, con un buen Gobierno Corporativo, la independencia del Gerente de Cumplimiento, Prevención del Oficial del Cumplimiento, al contar con las atribuciones funcionales, presupuestos y recursos disponibles, el tener una incuestionable conducta de integridad con transparencia; hay que tener cuidado, no cabe en ello pluralidad de roles, no es razonablemente estratégico y ético, que desempeñe múltiples cargos, funciones adicionales a sus centrales funciones, por el impacto e imparcialidad que pueda poner en duda, su participación en el entorno de la organización, a través de actividades administrativas, económicas, políticas, sociales e ideológicas, que puedan originar distorsiones o influir en su análisis, decisiones y deberes, generar conflictos de interés.
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Dr. Luis A. Meneses
Director de Riesgos Operacionales y Consultoría
Baker Tilly Perú