Todas las organizaciones, en su ámbito de gestión o negocios, actualmente se enfrentan a riesgos administrativos, operativos, financieros, tecnológicos, sociales, ambientales, regulatorios y legales, que podrían tener consecuencias devastadoras en su patrimonio y continuidad.
Por esta razón, estamos ante un contexto global de inestabilidad económica, geopolítica, polarización política y social, incremento de la corrupción, migraciones, precariedad de las economías y crecientes riesgos ambientales y tecnológicos.
La gran cantidad de datos, información y comunicaciones, el uso de tecnologías emergentes y los cambios en los requisitos regulatorios pueden hacer que el cumplimiento sea una tarea agotadora.
La ampliación de la relación de delitos aplicables a la persona jurídica, instaurada en el Perú, responde a la creciente escala de actos de corrupción que inevitablemente han contraído las inversiones, servicios y proyectos.
Todo esto se debe al aumento de paquetes normativos, el incremento de sanciones por responsabilidad civil, las mayores exigencias de requisitos, certificaciones y costos, así como las persecuciones criminales a las organizaciones.
Ante este entorno normativo complejo, ambiguo, inquisitivo y dinámico, se requiere un enfoque integrado y actualizado para la gestión y el cumplimiento normativo.
Esto añade complejidad, recursos, costos y responsabilidad a la ya difícil tarea de gestionar los riesgos en el flujo de trabajo de los miembros de la organización. Además, los nuevos requisitos de presentación de informes, las múltiples instancias y la periodicidad de estos aumentan la carga de responsabilidad en el cumplimiento normativo.
Este último depende principalmente de los riesgos operacionales y del liderazgo responsable, el cual debe guiarse por el propósito corporativo y orientarse hacia una competitividad sustentada en valores, políticas y principios.
Esta orientación genera eficiencia, productividad, efectividad, rentabilidad, economía, confianza e impacto positivo en los grupos de interés, lo que conduce a un escenario de competencia y sostenibilidad.
Estos factores son prioritarios en materia de intangibles y son exigidos por las sociedades, marcando así la dinámica empresarial de hoy en día.
La implementación de un sistema de gestión de riesgos sólido, se configura como una herramienta estratégica indispensable. Este sistema permite a las organizaciones conocer y administrar de la mejor forma posible sus exposiciones al riesgo en sus objetivos, actividades y operaciones, disminuyendo peligros y pérdidas ante hechos imprevistos, pero que pueden ser predecibles en términos de su probabilidad de ocurrencia.
Esto requiere un enfoque proactivo y planificado ante la incertidumbre y los cambios en los factores del entorno. Además, implica la responsabilidad e integración de las diferentes partes de una organización, incluyendo el compromiso de la alta dirección, el comité de riesgos, el departamento de auditorías internas, finanzas, logística, comercial, legal y operaciones.
Obteniendo las siguientes ventajas o beneficios:
Entonces, podemos concluir que, a medida que la gestión y la función de cumplimiento se vuelven más demandantes debido a las tendencias normativas, la implementación de una gestión de riesgos se convierte en una decisión trascendental.
Esta implementación transforma los procesos de cumplimiento en valor agregado, lo cual permite un mejor escenario de funcionalidad, protección y defensa para la gestión empresarial e institucional. En última instancia, esto puede transformar la competencia corporativa.
Resaltando además que la determinación de una estructura organizativa con procesos de control y prevención, junto con la claridad en la responsabilidad funcional de su staff y un enfoque de gestión de riesgos adecuados a sus necesidades, será la mejor inversión.
La eficacia de esta gestión dependerá tanto del tipo de organización o industria, como de su misión y la etapa del ciclo de vida en la que se encuentre, así como de su exposición al riesgo y del cumplimiento de sus objetivos.
Gestión de riesgos aporta a la productividad, reputación y confianza
a. Simplificación y economía de procesos. compliance
b. Establecimiento de indicadores de desempeño.
c. Agilidad en el tratamiento de la información inteligente, reduciendo costos y recursos.
d. Imagen corporativa y confianza en la reputación de la empresa.
e. Toma de decisiones informada, asertiva y oportuna.
f. Aumento de la confianza en los grupos de interés.
g. Reputación superior como ventaja competitiva, otorgando una superioridad estratégica en el mercado.
h. Liderazgo comprometido que contribuye a la atracción de talento.
i. Generación de alianzas estratégicas: El cumplimiento facilita el establecimiento de relaciones sólidas y confiables con clientes, proveedores y socios comerciales.
Es relevante resaltar para las organizaciones el deber de integridad en su conducta, operaciones y servicios. Las empresas, debido a su responsabilidad civil y penal, de las instituciones públicas o de tipo mixto, por los recursos públicos que gestionan, tienen un mayor deber de velar por sus objetivos, actividades y operaciones sean no solo eficientes y racionales sino también eficaces contra todo aquello que pueda poner en peligro su reputación, patrimonio, inversiones y valores, deben preocuparse con convicción, en cumplir con las obligaciones normativas, gestionar sus riesgos operacionales dentro de procesos claros, útiles, transparentes y ágiles.
Además, deben reforzar su control interno, transparentar sus procesos estableciendo responsabilidades y deberes funcionales, y mejorar tanto la idoneidad como el desempeño organizacional al revisar y optimizar la eficiencia de los procesos.
Actuar de manera preventiva con agilidad en el reclutamiento y contratación de directivos y personal es crucial, ya que el factor humano es crítico. La información global índica que, en los escándalos de corrupción, el personal directivo o de decisión y los procesos aislados son los factores más vulnerables de actos ilícitos y delitos poniendo en riesgo las operaciones, continuidad y supervivencia de la organización.
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Dr. Luis A. Meneses
Director de Riesgos
Operacionales y Consultoría
Baker Tilly Perú